Escuela Franklin Roosevelt

“La escuela es como nuestra segunda casa porque aquí pasamos la mayoría del tiempo. Ya está viejita y me parece muy bien que la estén arreglando. Ahora la veo más reforzada y todos vamos a estar más seguros aquí”.

La voz de Kate Velásquez, de 9 años, apenas se escuchaba entre el barullo del recreo de media mañana y el escándalo de martillos, serruchos, taladros, seguetas y otras herramientas de construcción.

Kate y otros 617 niños de preescolar y primaria que estudian en la Escuela Franklin D. Roosevelt, en San Pedro de Montes de Oca, esperan con entusiasmo el mes de setiembre para recibir clases en un edificio bello y seguro.

Un proceso de restauración que se inició en enero pasado aspira a recuperar la riqueza arquitectónica de este edificio, construido a principios de la década de los cuarenta. Fue el 17 de julio de 1940 cuando se empezó a levantar este edificio en el que el Gobierno de entonces invirtió ¢95.000, según consta en un documento de 1942 titulado Dos años de labor: Administración Calderón Guardia .

Más de 70 años fueron necesarios y ¢562 millones para devolverle el buen porte a un edificio diseñado por el destacado arquitecto José María Barrantes. El chineado del barrio. Con su larguísima fachada y su estilo neocolonial hispanoamericano, este edificio es un emblema del distrito de San Pedro. “Es un orgullo de la comunidad y casi todas las direcciones aquí tienen como punto de referencia ‘la Roosevelt’”, aseveró su directora, Carmen Madrigal. Paradójicamente, el inmueble sufre ahora las secuelas de una prolongada falta de mantenimiento. Las piezas de madera en sus pisos y cielos estaban tan dañadas que fue necesario reemplazarlas casi en su totalidad. Además, la humedad hizo tanto de las suyas en cubiertas, paredes y pisos del edificio al punto que puso en peligro la seguridad de estudiantes y docentes. “Se trata de una restauración minuciosa de todo el edificio, pieza por pieza, pues en 70 años nunca se hizo ningún esfuerzo para darle un mantenimiento adecuado”, explicó Allan Rivera, miembro de la Junta de Educación y el quijote detrás de una difícil travesía que se inició hace tres años. El dinero para ejecutar las obras finalmente llegó desde el Ministerio de Educación Pública (MEP), pues la Ley 7555 responsabiliza al propietario del inmueble patrimonial de su conservación. Por su parte, el proyecto de restauración y sus planos fueron realizados por el Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura. “Contempla aspectos como la restauración de los pisos de madera y mosaico, cielos, cambio de cubierta, instalación de un nuevo sistema eléctrico, pintura total del edificio y restauración de ventanas y puertas”, explicó el arquitecto Gustavo Morera, del Centro de Patrimonio. De acuerdo con Morera, además de reemplazar las piezas de madera que estaban quebradas o dañadas también se reconstruyeron puertas de ese mismo material. “En algún momento se eliminaron las puertas originales de madera y se colocaron unas de metal. Se logró rescatar una de las originales y, a partir de ella, se reconstruyeron las demás”, destacó el arquitecto. A pesar de su pésimo estado de conservación, el edificio no presenta daños estructurales importantes .“Fue construido en concreto armado y ladrillo. Es muy sólido y se ha mantenido en pie a pesar de tantos sismos. Solamente se hará un refuerzo estructural con malla y varilla n.° 3 en la pared frontal del salón de actos”, explicó Héctor Abarca, de Reyco, empresa constructora que ejecuta las obras. El avance actual de las obras es de un 60% y se espera que estén finalizadas en setiembre. Además de la restauración, también fue necesario construir un comedor y dos aulas.

2 Comments

  • jonh (not verified)

  • Oct. 23. 2016 / 09:48:00 PM

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

  • admin

  • Oct. 23. 2016 / 11:14:02 PM

ok ok ok ok ok

Leave a comment